30 octubre 2007

Historia de la Reforma

Ilustraciones: CPC "El justo por la fe vivirá" (Romanos 1.17)

En su comienzos, la Iglesia cristiana sufrió la sangrienta persecución de judíos y romanos. En el año 313 el emperador Constantino I decretó la tolerancia del cristianismo. Cesó la persecución externa, pero el diablo atacó a la Iglesia corrompiendo la doctrina. Tradiciones humanas y falsas enseñanzas del Papa de Roma ocultaron las verdades bíblicas. Hubo varios intentos de reforma, pero fueron aplastados por el poder papal.

Ilustraciones: CPC El 10 de noviembre de 1483 nació Martín Lutero, en Eisleben, Alemania. Fue bautizado al día siguiente. Sus padres querían que estudiara abogacía. Así, a los 18 años de edad, en 1501, Lutero se matriculó en la universidad de Erfurt. Allí obtuvo el bachillerato en filosofía y la maestría en artes. Pero Lutero buscaba intensamente la paz para su alma y luego de un grave accidente decidió hacerse monje. El 17 de julio 1505, en lugar de dedicarse al estudio de la jurisprudencia, ingresó al convento de los Agustinos. Dejaba el mundo para consagrarse a Dios y buscar la salvación, siguiendo lo que se consideraba "el camino más seguro al cielo".

Desde pequeño Lutero había aprendido a tenerle miedo a Dios y a su Juicio. En la Iglesia se enseñaba que la salvación se alcanzaba por medio de las buenas obras y sacrificios personales. Pero ni cumpliendo escrupulosamente las reglas y normas monásticas, ni castigando su cuerpo, halló la paz con Dios.

En 1507 fue ordenado sacerdote. Más tarde se dio cuenta de que el "sacrificio" de la misa, no ordenado por Dios sino por el papa, es un sacrilegio.

En 1508 lo nombraron profesor de filosofía y en 1509 profesor de las Sagradas Escrituras, en la universidad de Wittemberg. En 1511 peregrinó a Roma. Allí veneró reliquias y visitó santuarios. Pero regresó desilusionado por la idolatría y el comercio en la Iglesia. Al volver, luego de estar enfermo, se dedicó con renovado entusiasmo al estudio de la Biblia. En 1512 lo nombraron Doctor en Teología.

Estudiando fielmente la palabra de Dios, Lutero halló la paz que tanto necesitaba. Comprendió que somos salvos por gracia, por los méritos de Cristo, por medio de la fe (Efesios 2:8-10; Romanos 3:28). "El justo por la fe vivirá", no por las obras (Romanos 1:17; Habacuc 2:4). Dios nos perdona porque ya castigó a su Hijo en nuestro lugar. La fe en Cristo como nuestro Salvador es el medio por el cual recibimos vida eterna. La fe sola salva, pero la fe nunca está sola. La verdadera fe siempre produce frutos.

En Roma, mientras tanto, el papa León X requería grandes sumas de dinero, para el sostenimiento de la corte papal, obras culturales, empresas políticas y para acabar la construcción de la basílica de San Pedro.

Para reunir el dinero necesario el papa puso a la venta las "indulgencias", o sea, un falso perdón de Dios. Se le engañaba a la gente haciéndole creer que así se libraban del castigo en el purgatorio. En Alemania se destacó por su descaro un monje llamado Tetzel. "Ni bien la moneda suena en el fondo del arca, el alma sale volando fuera del purgatorio", decía.

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Basándose en la Biblia, Lutero se opuso a la venta de indulgencias. El 31 de octubre de 1517 clavó en las puertas de la catedral de Wittemberg un pergamino con 95 tesis, invitando a los interesados a debatir esos temas, por amor a la verdad. Entre otras cosas, decían: "No se le puede comprar el perdón a Dios, aunque el mismo papa empeñe su alma...¿Por qué el papa no vacía el purgatorio por amor cristiano?... Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho al pleno perdón de Dios, por medio de la fe en Cristo... El verdadero tesoro de la Iglesia es el sacrosanto evangelio de la gloria y de la gracia de Dios..."

Las 95 tesis fueron impresas y se distribuyeron por toda Europa. Había mucho descontento por los abusos de la tiranía papal; eran muy necesarios profundos cambios, en la cabeza y los miembros de la Iglesia. Anunciada por martillazos, la Reforma había comenzado.

En 1518 un enviado del papa, Cayetano, fracasó en su intento de forzar a Lutero para que se retractara de lo que había escrito. En 1519 el propio camarero del papa, Carlos de Miltitz, trató de convencerlo, sin éxito, con lisonjas y sentimentalismos. A mediados de 1519, en Leipzig, Lutero debatió públicamente con Juan Eck, un famoso profesor. Se le acusó de hereje, pero Lutero demostró que muchas doctrinas y prácticas de la Iglesia eran contrarias a la voluntad de Dios.

Como Lutero se negaba a cambiar sus creencias y enseñanzas, el 15 de junio de 1520 el papa León X decretó la excomunión de Martín Lutero (bula Exsurge Domine).

Ilustraciones: CPC
La bula papal daba 60 días a Lutero para que se retracte. Sus libros debían ser quemados y los que lo ayudasen caerían bajo maldición. Lutero recibió el decreto de excomunión el 10 de octubre. "Esta bula condena a Cristo mismo... me siento mucho más libre ahora... me doy cuenta de que el papa es el anticristo", comentó. El 10 de diciembre quemó públicamente la bula papal, así como estaban quemando sus escritos. En otra bula promulgada al año siguiente, el papa ratificaba la excomunión a Lutero, lo ponía bajo "anatema" a él y a sus seguidores, llamándolos "luteranos" por primera vez.

Durante años Lutero había pedido, sin éxito, que se hiciera un concilio general de la Iglesia, para lograr la verdadera unidad, en base a la doctrina bíblica. El emperador Carlos V (Carlos I de España) necesitaba la unidad del imperio y el apoyo político de Alemania, debido a su rivalidad con el rey de Francia y el peligro de invasión de los turcos. La Reforma estaba causando divisiones. Por eso, cuando el papa hubo condenado a Lutero, el emperador ordenó que lo llevaran a la ciudad de Worms, para juzgarlo. Felipe Melanchton, un ilustre teólogo de la causa de la Reforma, lo acompañó.

Ilustraciones: CPC El 17 de abril de 1521 se reunieron más de 200 príncipes y señores del imperio, 30 obispos y el emperador, para la gran asamblea. Frente a la máxima autoridad mundial de la época, un simple monje, sostenido solamente por su fe en la palabra de Dios. "A menos que se me convenza con testimonios sacados de las Escrituras, o con razones evidentes y claras...no quiero ni puedo retractarme nada, pues ir contra la conciencia no es justo ni seguro. Heme aquí, no puedo hacer otra cosa. ¡Que Dios me ayude!" dijo Lutero, cuando se le preguntó si se arrepentía o no de sus enseñanzas.

Ante esta respuesta, el emperador lo declaró hereje. El 26 de mayo se publicó un edicto declarando que sus libros debían quemarse. También condenaba como herejes a sus seguidores, cuyos bienes podían ser confiscados. A Lutero le dieron 30 días para que saliera del imperio. Cumplido ese plazo, cualquiera podía matarlo.

Ilustraciones: CPCPoco después de la dieta de Worms, el 26 de abril de 1521 Lutero partió rumbo a Wittemberg. Pero el príncipe elector de Sajonia, Federico el Sabio, lo hizo "secuestrar" y lo ocultó en el castillo de Watburgo. Allí, bajo el seudónimo de "caballero Jorge", el Reformador vivió pacíficamente varios meses. En ese tiempo, entre otras obras, tradujo el Nuevo Testamento al idioma alemán, para que el pueblo pudiera leer la palabra de Dios.

Melanchton, Carlstadt y Zwilnglio eran clérigos que lideraron a los seguidores de Lutero en Wittemberg, durante su ausencia. Aunque mantenían correspondencia secreta con el Reformador, no pudieron evitar disturbios y abusos. El 4 de diciembre de 1521 Martín Lutero apareció en las calles de Wittemberg, a riesgo de perder su vida. Desde el púlpito predicó contra la violencia y el fanatismo.

De ahí en más Lutero permaneció como pastor en Wittemberg. Tuvo que enfrentar a los reformadores fanáticos y extremistas; a los campesinos que, malinterpretando la Reforma, se rebelaron contra las autoridades (1525); y al poder papal que procuraba aplastar la fe evangélica. Basándose solamente en la palabra de Dios, y aceptando únicamente las tradiciones religiosas que no contradecían la voluntad de Dios, fue consolidando la doctrina y práctica de la Iglesia Evangélica.

Ilustraciones: CPCLa Santa Cena fue administrada bajo las dos especies, pan y vino, previa exhortación al arrepentimiento e invitación a la fe en Cristo. En 1529 Lutero debatió con el reformador suizo Zwinglio, en Magburgo, defendiendo la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo, en, con y bajo el pan y el vino de la Santa Cena.

El sermón bíblico, proclamando con toda claridad y pureza el Evangelio de la justificación por los méritos de Cristo, por medio de la fe, era la parte más importante del culto, junto con los sacramentos del bautismo y de la santa cena. Pero también los himnos se convirtieron en una herramienta esencial para la edificación de la Iglesia. Lutero adaptó y compuso muchos himnos. En 1524 se publicó el primer himnario.

Lutero fue un prolífico escritor. Escribió decenas de libros para difundir la fe y servir a la Iglesia. En 1529 publicó el Catecismo Menor, para la instrucción de niños, jóvenes y miembros en general.

El 13 de junio de 1525 Martín Lutero se casó públicamente con una ex monja, Catalina Von Bora, separándose definitivamente de las instituciones papales. El feliz hogar del Reformador, sobre el cual también pesó la cruz doméstica, fue bendecido con seis hijos.

Ilustraciones: CPC
El emperador Carlos V convocó a una Dieta en la ciudad alemana de Augsburgo, para que católicos y luteranos expusieran sus doctrinas y tratasen de lograr un acuerdo. A Lutero no se le permitió asistir. El 25 de junio de 1530 fue leída públicamente y ante el emperador la "Confesión de Augsburgo". Escrita por Melanchton y firmada por los príncipes evangélicos, expresaba amistosamente la fe bíblica, condenando las falsas doctrinas. Aunque no hubo acuerdo doctrinal entre los teólogos, se avanzó en el reconocimiento a la libertad religiosa. La Confesión de Augsburgo continúa siendo uno de los principales documentos que expresan la fe evangélica luterana.

Los príncipes que estaban de acuerdo con las doctrinas de Lutero entregaron la Confesión al emperador. Como no querían aceptar las enseñanzas del papa, se profundizó la separación con la Iglesia Romana. Pero hubo que esperar mucho tiempo y luchar arduamente hasta lograr la tolerancia del luteranismo, de parte del gobierno imperial. El 25 de septiembre de 1555 se pactó la paz en Augsburgo, permitiendo que los príncipes decidieran qué religión se permitiría en su territorio. Perseverando firmes en la fe, los evangélicos fueron conquistando penosamente la libertad de culto, para que cada uno pueda profesar su religión de acuerdo a su conciencia.

Las enseñanzas bíblicas de Lutero se difundieron por Europa y por todo el mundo. Actualmente hay alrededor de 60.000.000 de luteranos.

Martín Lutero murió a los 62 años en Eisleben, su pueblo natal. Estaba allí para ayudar a solucionar un conflicto. Durante varios años sufría diversas dolencias. Su salud era débil. La madrugada del 18 de febrero de 1546 se despertó sintiendo un frío inusual. Sus amigos, el doctor Justus Jonas y el pastor de Mansfeld, Miguel Coelius acudieron a su lecho de muerte y le preguntaron: "¿Quieres morir creyendo en Jesucristo y sus doctrinas, que has predicado?" Lutero contestó con un claro "Sí". Esa fue su última palabra. Anteriormente había recitado versículos bíblicos y había orado varias veces: "En tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad" (Sal. 31:5).

"Si permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres"
(Jn. 8:31-32).

Texto: Marcos Berndt

Ilustraciones: CPC

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