Él vino como bebé para ser nuestro Redentor. Vendrá también para juzgar a la humanidad. Sigue también viniendo en sus mensajeros, quienes enseñan e instruyen. Siendo Él la Palabra, Él mismo viene en los medios de gracia: en la Palabra predicada y enseñada, en el Bautismo y en la Santa Cena.
En este primer domingo de adviento, el liturgo fue el Prof. Alfredo Sosa, quien nos ha ayudado mucho en la congregación dirigiendo liturgias y predicando. Los laicos en nuestra congregación nos han ayudado mucho y es una herencia histórica que tenemos como Iglesia Luterana en Guatemala, que debe ser cultivada e incentivada.
Sin embargo, lo que nos dejó muy felices en este día fue el bautismo de Bryan Ovalle. Entre las muchas llegadas de Jesús, una de ellas es a través del Santo Bautismo. En este Sacramento, Dios viene hacia nosotros, nos hace nacer de nuevo (cf. Juan 3.5), nos engendra la fe y nos lava del pecado.
Es más, el Bautismo nos salva (cf. 1 Pedro 3.21). En este medio de gracia que Dios nos obsequió, Él nos ofrece todo lo que Cristo ganó para nosotros, esto es, el perdón de los pecados, mejor vida y la salvación. Además, regenera en nosotros creando la fe que acepta estos tesoros y nos hace hijos de Dios y herederos del cielo.
Hoy, con toda seguridad podemos afirmar que el reino de Dios ha crecido, pues Bryan Ovalle fue bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
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